“¿Qué le pasó a tu pierna, abuela?”

Web Development Español (Spanish), inMotion Español

Categoría: Personas mayores

Volumen 13 · Número 6 · November/December 2003

Traducido del inMotion –  “What happened to your leg grandma?”

por Christina DiMartino

June DiMenna había sufrido diabetes por varios años cuando, después de agotar todo tipo de tratamiento disponible, ella tuvo que ser amputada del pie izquierdo. La operación se realizó una semana después de que cumplió 67 años.

Grandmother and grandson“Rápidamente me di cuenta de que hay muchos detalles en qué pensar cuando a uno le amputan una extremidad”, ella dice. “La lista aumenta con el tiempo – especialmente para personas como yo que siempre han sido independientes. Pero hubo una cosa que yo no esperaba, y ni se me ocurrió, y fue un detalle crítico: cómo mis nietos entenderían y aceptarían lo que me pasó”.

DiMenna vive cerca de sus tres hijas y cuatro nietos de edades de 3 a 10 años.

“No es raro que yo vea a mis nietos varias veces a la semana” DiMenna dice. “Nosotros siempre hemos pasado juntos mucho tiempo valioso. Pensar que ellos no entenderían – o que tratarían de rechazar mi afección – era horrible”.

Melinda Hinkle, quien sufrió una amputación debajo de la rodilla izquierda como resultado de un accidente de coche hace 20 años, tiene preocupaciones semejantes. El hijo de Hinkle, su nuera y dos nietos, de 2 y 4 años, viven en el otro extremo del país, y entre las visitas de acá para allá, ella solamente ve a los niños unas cuatro veces al año.

“Están creciendo, y sé que llegara el momento en que ellos se darán cuenta de que su abuela es diferente. No sé cómo explicarles sobre mi amputación. Tengo miedo que les pueda asustar, o que puedan pensar que lo mismo les ocurrirá a ellos. Es el momento en que yo preparare un plan para saber cómo responder mejor las preguntas que tendrán. Quiero que ellos se sienten libres de hablar sobre mi amputación conmigo en cualquier momento que quieran”.

“La honradez es la mejor política” aplica cuando se explica sobre una amputación a los nietos. Stephen T. Wegener, PhD, es un profesor asociado, vicepresidente y el jefe de psicología de la rehabilitación en la división de Medicina Física y de Rehabilitación de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. Sus actividades clínicas se enfocan en ofrecer servicios psicológicos a la gente con enfermedades crónicas, lesiones traumáticas, incluyendo enfermedades reumáticas, dolor crónico, amputaciones y lesiones de la médula espinal. Dice que los niños generalmente hacen preguntas cuando llegan a una edad en que pueden manejar bien las respuestas.

“Los niños son altamente comparativos y muy observadores”, dice el Dr. Wegener. “La respuesta para ‘¿Cuándo se debe explicar la amputación a tu nieto?’ es: ‘Cuando comienza a hacer preguntas’.”

Existen dos asuntos importantes al comunicar los detalles de una amputación a un niño, el Dr. Wegener dice: “Uno es la edad del niño y otro es cómo el niño se relaciona con la amputación – y eso puede ser muy diferente, según las circunstancias. Si el niño se cría cómodo con la amputación, él o ella podría reaccionar de manera diferente a que si se tuviera un procedimiento de amputación durante la niñez del niño. En el último caso, el niño se daría cuenta de que algo ha pasado que cambió al abuelo o a la abuela”.

Eso no significa que el niño se traumatizará inmediatamente, dice el Dr. Wegener. Sugiere algunas directrices para ayudar al niño a aceptar y entender lo que está pasando.

“La reacción del niño al evento de la amputación reflejará como espejo la reacción de la persona amputada”, él dice. “Los niños siempre van a responder según el tono emocional del adulto. Según cómo responda usted, guiará la reacción del niño. Primero, necesita ofrecer una respuesta apropiada a la edad del niño. Los niños mayores necesitan una respuesta más compleja para sentirse satisfechos. Es mejor anticipar las preguntas de los niños. Considere empezar la conversación usted mismo, según la personalidad del niño. Podría decirle al niño: ‘Te diré qué es lo que me pasó’. O, ‘Me tuvieron que quitar la pierna para que me pueda sentir saludable otra vez’. Es buena idea considerar la posible reacción del niño. ¿Se preocupa fácilmente? Aunque la amputación haya ocurrido para mejorar su vida, puede ser que el niño sienta miedo de que su propia pierna tenga que ser amputada o que tenga otros pensamientos temerosos e inquietudes”.

Los niños pueden decir (y pensar) las cosas más extrañas – pero no son extrañas para ellos.

Los niños pueden decir (y pensar) las cosas más extrañas – pero no son extrañas para ellos. El Dr. Wegener dice que nunca ha oído que un niño pregunte que pasó con la pierna después de removerla – pero sería buena idea preparase para tal pregunta. Él dice que la mayoría de los niños aceptan la explicación de que el médico se deshizo de la pierna amputada. Pero si un niño hace una pregunta al respecto, solo dígale que el médico resolvió el problema y que usted no está preocupado sobre dónde está la pierna.

“Cuando empieza la conversación con sus nietos sobre una amputación, es una buena oportunidad discutir las diferencias entre la gente de todo el mundo”, el Dr. Wegener dice. “Aproveche el momento para hablar de la diversidad y su aceptación, y para explicar cómo esta es una de las muchas maneras por la cual la gente puede ser diferente”.

Los niños, el Dr. Wegener sugiere, están más preocupados sobre su propia seguridad. Si usted siempre ha pasado tiempo valioso con el niño, él o ella podría preocuparse de que la amputación cambiara su relación con usted.

“El niño podría preguntar: ‘¿Esto significa que ya no puedo visitar tu casa, abuelo?’” él dice. “Es muy importante comunicar que todo estará bien y que usted seguirá pasando tiempo valioso con el niño. Hable de estos asuntos con los padres del niño y trabajen juntos para asegurar que pueda seguir pasando tiempo con el niño. También debe explicar al niño por qué usted no podrá hacer algunas cosas juntos como antes. Tal vez tomar paseos después de regresar de la escuela. Sugiérale al niño que jugarán con programas de computadora, harán manualidades o pasarán más tiempo leyendo juntos, por ejemplo”.

Queda también el asunto del hospital y centro de rehabilitación, si el caso aplica. Si un niño tiene miedo a los hospitales, no es aconsejable forzar una confrontación.

“Tampoco exija que el niño se enfrente al muñón de la extremidad pérdida”, dice el Dr. Wegener. “Los niños van a encontrar su propio momento para superar esa situación. Nunca he visto un caso en que un niño se traumatice, o tenga depresión y ansiedad seria en tal situación, pero si eso ocurriera, los padres deben hablar con profesionales médicos. Es mejor no asumir que será un problema. La mayoría de los niños encuentran su maneras – y su momento –, y superan tales experiencias con una resistencia sorprendente”.

Los adolescentes quienes son sensibles a la presión de sus iguales podrían otro tipo de dificultad al superar la amputación de un abuelo, dice el Dr. Wegener.

“Los adolescentes pueden sentirse avergonzados y tratar de evitar a sus abuelos”, él dice. “Es mejor que la persona amputada empiece una comunicación directa con el niño – en vez de permitir que el padre lo haga. La pérdida de una extremidad ofrece una buena oportunidad para que los niños aprendan sobre el cambio. Como abuelo, usted puede ser un mentor para una experiencia de aprendizaje”.

Sin embargo, hay una advertencia al explicar sobre una amputación a un nieto que no hace preguntas. Algunos niños son tímidos y vergonzosos, dice el Dr. Wegener, y pueda que necesiten ayuda o una intervención para comenzar la conversación.

“Un padre puede preguntar a un niño con este tipo de personalidad: ‘¿Cómo piensas que esta tu abuelo? ¿Te preocupas por él?’.” El Dr. Wegener dice. “Una vez que reconozca la amputación entonces puede empezar a ofrecer explicaciones”.

Lo más importante que hay que recordar es que los niños se recuperan rápido. Una vez que entiendan por qué una amputación fue necesaria y cómo cambiarán la circunstancias de sus propias vidas, es muy probable que sigan adelante aceptando “lo nuevo normal”.