La prótesis y sus componentes Opciones, opciones y más opciones

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Categoría: Padres e hijos

Volumen 1, Número 1, 2005

Traducido del Expectations – The Prosthesis and Its Components: Choices, Choices, and More Choices!

por Jon B. Holmes, fisioterapeuta y protésico titulado

Debido a nuestra política de promoción, la Amputee Coalition no ha incluido fotos de los componentes protésicos descritos en este artículo. Aconsejamos a los padres que analicen las diferentes opciones con el protésico para determinar cuál es la mejor combinación para su hijo.

Para más información sobre opciones protésicas, consejos para elegir a un protésico o cómo obtener un listado de protésicos en su zona, por favor, póngase en contacto con la Amputee Coalition llamando al número gratuito 888-267-5669 o visite el sitio web de la Amputee Coalition https://www.amputee-coalition.org.

Toddler on trike wearing prosthetic handPara tomar decisiones con conocimiento de causa, es muy importante que usted, como padre, sepa cuáles son las opciones disponibles a la hora de adquirir una prótesis (y sus diversos componentes) para su hijo. Disponer de información relevante le ayudará a tomar las decisiones adecuadas y le hará sentir que tiene algún control sobre la situación. Por ello, debería recopilar toda la información posible. Además, debería buscar la colaboración de un equipo médico que le ayude con todos los aspectos relacionados con el cuidado de una persona con deficiencia en alguna extremidad.Los médicos, protésicos, compañeros, grupos de apoyo, libros, revistas e Internet ofrecen excelentes oportunidades para saber más sobre el tema. Una vez disponga de suficiente información, será mucho más fácil tomar la decisión adecuada.

Es fundamental tener en cuenta que todos los dispositivos protésicos de calidad están hechos a medida. No existe nada que sea lo mejor para todo el mundo. La elección debería basarse en lo que es mejor para una determinada persona en un determinado momento. Al cambiar las situaciones, también cambian las opciones. El proceso protésico evolucionará al mismo tiempo que cambian las necesidades y la tecnología. Como término medio, un niño en crecimiento necesitará una nueva prótesis cada dos años. Así pues, han de tomarse decisiones con frecuencia y el proceso de aprendizaje ha de ser muy rápido.

Lo positivo de todo esto es que eso le brinda la oportunidad de valorar nuevas tecnologías y de aprender de los aciertos o equivocaciones de anteriores elecciones protésicas. Dichas decisiones podrían concebirse como etapas. Lo que es mejor en un momento determinado puede no ser la decisión más adecuada la siguiente vez. O algo que puede ser demasiado grande o complejo ahora podría ser una buena opción la próxima vez o la siguiente.

Cuándo y cómo ajustar la prótesis

La edad y el desarrollo del niño o adolescente son los primeros aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de decidir cuándo y cómo ajustar la prótesis. Es mejor ajustar una prótesis de extremidad inferior a un niño cuándo éste comienza a ponerse de pie, lo que suele ocurrir entre los 9 y 12 meses de edad. Cuando se ajusta la prótesis se debería animar al niño a ponerse de pie, lo que también le ayudará a aprender a caminar. Si la amputación se produce a una edad posterior, debería iniciarse el proceso tan pronto como el niño o adolescente esté físicamente preparado. Aun cuando el adolescente ha perdido la rodilla, la primera prótesis no suele incluir dicha articulación para que todo sea más fácil durante el proceso de aprendizaje. No obstante, se debe incorporar una rodilla tan pronto como sea seguro y posible hacerlo.

Con niños que presentan amputaciones de extremidad superior la regla es ajustar la prótesis cuando ya pueden sentarse. Esto facilitará un desarrollo normal al permitirles realizar tareas con ambas manos, como gatear, sostener una botella o jugar con una pelota. Esta primera prótesis suele ser pasiva y da buenos resultados teniendo en cuenta las cosas que un niño necesita hacer. Entre los 18 meses y los dos años de edad, el niño suele estar preparado para utilizar un dispositivo terminal que funciona gracias al movimiento corporal o mediante el control mioeléctrico. El método tradicional consiste en ajustar primero un dispositivo de control corporal y, posteriormente, un dispositivo mioeléctrico a la edad de 3 ó 4 años, cuando el niño es capaz de soportar un mayor peso y complejidad. Se debería incorporar un codo una vez se haya utilizado y comprendido el funcionamiento del dispositivo terminal, lo que suele suceder a los 3 años de edad. Independientemente del nivel de la amputación, cuando se alcanza algo de madurez esquelética y el crecimiento no se produce a un ritmo muy rápido (entre los 13 y 15 años de edad), el niño o adolescente debe ser tratado, desde un punto de vista protésico, como un adulto.

“El motor”

En términos generales, las piezas protésicas más cercanas al cuerpo se consideran las más importantes, y pierden relevancia cuanto más lejos están del mismo. De hecho, el aspecto más importante de la prótesis es “el motor”, es decir, el amputado. Desgraciadamente, a veces este “componente” no recibe la suficiente consideración. Cuando sea necesario y posible, debería optimizarse el estado de la extremidad residual, así como la fortaleza y amplitud de movimiento del amputado.

Las operaciones quirúrgicas de rectificación y los programas terapéuticos pueden ayudar a la persona a maximizar el uso de su prótesis. Para los jóvenes con amputación de huesos largos, se puede anticipar el crecimiento excesivo. Aunque los protésicos pueden utilizar a menudo estrategias que ayudan a posponer y minimizar la necesidad de realizar operaciones, la rectificación podría ser necesaria cuando el dolor así lo dictamine.

El encaje

Una vez que el motor está preparado, es el momento de elaborar el encaje. Ésta es la pieza de la prótesis donde se coloca la extremidad residual. Debido a la necesidad de obtener un íntimo ajuste para esta parte de la prótesis, deben tenerse en cuenta muchos aspectos y deben tomarse muchas decisiones.

Lo primero y principal es la comodidad. Cuando el protésico diseña el encaje para obtener un óptimo ajuste, debe tener en cuenta la forma del mismo y los materiales que utilizará. Todo es posible si un encaje se adapta con la mínima incomodidad.

El protésico también debería tener en cuenta el potencial de crecimiento de la persona que utilizará la prótesis, los problemas de higiene y la necesidad de garantizar la durabilidad de la prótesis. Elaborar un encaje protésico que permita el crecimiento puede suponer todo un reto. Generalmente, el crecimiento es más longitudinal entre el primer año y los siete años de edad, y más circunferencial entre los 8 y los 14.

Puede añadirse un almohadillado distal en el interior del encaje y ajustarlo a medida que los huesos crezcan a lo largo. Igualmente, pueden utilizarse calcetines o fundas protésicas gruesas o múltiples que ofrecen a los pacientes la posibilidad de reducir el grosor o número a medida que crece la extremidad.

Las fundas pueden estar hechas de diferentes tipos de gomaespuma fácilmente reemplazables, o de silicona. Actualmente, estas fundas de silicona están disponibles en varios grosores y los fabricantes las están haciendo en tamaños mucho más pequeños para que puedan adaptarse a los más jóvenes. Sin embargo, algunas personas deciden no utilizar fundas porque son difíciles de mantener limpias, no son muy duraderas y resulta algo caro reemplazarlas.

Aunque el uso de fundas con pestillo favorece la adhesión de la extremidad residual al encaje (suspensión), son más difíciles de ajustar cuando se desea permitir el crecimiento longitudinal. Sin embargo, si se utiliza el almohadillado distal desde el principio, se puede quitar más adelante para permitir que el encaje se ajuste durante más tiempo.

Los encajes de termoplástico flexible incorporados a una especie de molde rígido también pueden mejorar la comodidad y la adaptabilidad de la prótesis. Estos encajes interiores pueden estirarse o reemplazarse por otros más delgados o se pueden cortar y ensanchar los moldes para permitir modificaciones en su circunferencia.

Estos diseños y materiales pueden utilizarse para casi cualquier nivel de amputación, dependiendo de las necesidades individuales del amputado. Aunque algunos amputados necesitan dejar mucho espacio en el encaje para permitir el crecimiento, puede que otros no lo necesiten. Aquellas personas con desarticulaciones, por ejemplo, tendrán menos problemas con el crecimiento longitudinal porque cargan su peso corporal sobre el extremo del hueso. Por consiguiente, el diseño de sus encajes puede ser más sencillo.

Suspensión

Niño jugando al golf usando piernas protésicasLa suspensión es otro aspecto importante del encaje que hay que tener en cuenta. Cuanto mejor se ajuste al cuerpo, mejor funcionará. Las correas y los cinturones fabricados de diversos de materiales, como el algodón, el Dacrón y el cuero, que se colocan alrededor de la cintura, suelen dar mejores resultados a los amputados transfemorales (por encima de la rodilla).

Las fundas con pestillo suelen utilizarse con los más jóvenes, pero debería tenerse en cuenta el crecimiento lineal. Si se utilizan, los sistemas de correaje o de cierre de lengüeta dan buenos resultados porque permiten introducir más almohadillado en la base y hacen posible el crecimiento. Los encajes de succión, por otra parte, son difíciles de ajustar si se desea permitir el crecimiento, y para los jóvenes son más difíciles de poner sin ayuda. Debido a estos problemas, no suelen utilizarse los encajes de succión hasta que se alcanza una mayor madurez esquelética.

Las prótesis transtibiales (por debajo de la rodilla) también pueden sujetarse con correas y cinturones, que normalmente se ajustan sobre la rótula. Están hechas de cuero o Dacrón y son duraderas y fáciles de reemplazar.

Las rodilleras fabricadas con neopreno, goma o silicona también dan muy buenos resultados. Normalmente, sirven los sencillos modelos que pueden adquirirse en tiendas locales de artículos deportivos.

A veces, también puede utilizarse la suspensión anatómica ―un tipo de suspensión donde el encaje se ajusta sobre una parte ósea del cuerpo para evitar que la prótesis se deslice―. Desgraciadamente, aunque este tipo de suspensión funciona bien y puede añadir estabilidad, ofrece poca capacidad de adaptación al crecimiento. Como resultado, es posible que tenga que reemplazarse el encaje con más frecuencia.

Rodillas

Actualmente se fabrican muchos tipos de rodillas para niños. Se pueden dividir en las siguientes categorías:

• Rodillas con bloqueo manual. Estas rodillas se bloquean cuando se encuentran en la posición de extensión total y pueden, por tanto, resultar muy útiles para amputados muy jóvenes o que llevan una prótesis por primera vez y necesitan la máxima estabilidad. En muchos casos, los amputados bilaterales también prefieren este tipo de rodilla.

• Rodillas de eje sencillo. Estas rodillas presentan un diseño muy sencillo en el que la rodilla oscila sobre un eje central fijo o bisagra.

Hay muy pocas probabilidades de que algo falle con este tipo de rodilla, por lo que es muy duradera. Su principal limitación es que solo oscila a una velocidad constante, lo que puede suponer un problema para niños o adolescentes activos que cambian de ritmo continuamente.

• Rodillas con control de apoyo. Estas rodillas cuentan con una especie de mecanismo de freno que impide que la rodilla “se doble” cuando recibe peso. Aunque existen pocas rodillas pediátricas de control de apoyo disponibles, pueden ser muy útiles para niños más pequeños o para cualquier persona que necesite una mayor estabilidad.

• Rodillas policéntricas. Estas rodillas ofrecen múltiples ejes de rotación y, debido al modo en que funcionan sus conexiones mecánicas, presentan un eficaz centro de rotación móvil. En lugar de disponer de un centro de rotación fijo, como la rodilla de eje sencillo, el centro de rotación varía constantemente. Estas rodillas son una buena elección para personas con desarticulaciones de rodilla o amputaciones transfemorales largas porque es posible igualar el centro de la rodilla gracias a la forma en que se mueve la conexión. Aunque estas rodillas permiten un buen control durante la fase de apoyo, proporcionando así una rodilla muy estable, también pueden doblarse fácilmente cuando se desee. Sus principales inconvenientes son el mantenimiento adicional que necesitan debido a sus múltiples piezas móviles y el peso adicional. Hay muchas opciones pediátricas disponibles en este tipo de rodillas.

• Rodillas con control de fluido. Estas rodillas, que utilizan tanto sistemas hidráulicos (fluido) como neumáticos (aire) para proporcionar una resistencia variable en la rodilla, permiten que la articulación se mueva a varias velocidades durante la fase de oscilación de la marcha. Esto permite que el usuario camine a varias velocidades o corra con una rodilla que le responde adecuadamente. Aunque estas rodillas son excelentes para los más jóvenes, solo hay disponibles algunos modelos en tallas pequeñas.

Pies

Los pies también deben dividirse en categorías.

• Pies SACH (tobillo firme con talón almohadillado). S on los pies más sencillos. Presentan una quilla rígida y un suave talón de goma. La compresión del suave talón posibilita que se accione el tobillo. Puesto que son tan sencillos, necesitan poco mantenimiento y son muy rentables para jóvenes en crecimiento.

• Pies multiaxiales. Puesto que se mueven de lado a lado y de arriba a abajo, permitiendo su adecuación al terreno, se recomienda utilizar estos pies para caminar sobre superficies irregulares. Sin embargo, necesitan de más mantenimiento debido a las piezas móviles que tiene.

• Pies de respuesta dinámica. Cuando el usuario camina, estos pies absorben energía y “rebotan”, proporcionando así un empuje. Existen muchos modelos y varían en costo, rigidez y facilidad de uso. Están recomendados para personas activas, por lo que son una buena elección para los jóvenes. No obstante, debe tenerse en cuenta su costo y facilidad de adaptabilidad a la hora de seleccionar el más apropiado

Fundas

Amputados bailandoLa elección del acabado cosmético variará según la persona y/o el tipo de prótesis que utiliza. Sin embargo, por regla general, se deberían elegir fundas duraderas y resistentes para la población más activa. Es probable que las fundas de alta cosmética y frágiles se deterioren. En muchos casos, se evita usar fundas cosméticas que se asemejen a la extremidad sana. Los niños y adolescentes suelen utilizar una prótesis de aspecto mecánico sin funda o una prótesis con algún diseño.

Amputados de extremidad superior

Cuando se trata de ajustar una prótesis a un amputado de extremidad superior, las decisiones son mucho más personales y deben tomarse basándose en qué ayudará al niño o adolescente a desenvolverse mejor. La prótesis debe concebirse como una herramienta destinada a ayudar al amputado a desempeñar tareas funcionales. A menudo, la pérdida se sensibilidad que experimenta un niño o adolescente cuando utiliza un brazo protésico no merece la pena y éste preferirá utilizar su extremidad residual como dispositivo de ayuda.

Un ajuste temprano es el factor más importante para lograr resultados satisfactorios. Los brazos pasivos y los ganchos y manos funcionales mioeléctricas o de control corporal tienen su lugar y pueden dar buenos resultados en la situación adecuada. Pero, una vez más, no existe nada que sea lo mejor para todo el mundo. Usted debe brindar al joven la oportunidad de probar diferentes opciones y valorar la que le ofrezca mejores resultados.

Reconsideración de soluciones protésicas

La atención postoperatoria es importantísima y ninguna de las ventajas del diseño protésico puede reemplazarla. Generalmente, se recomienda que un niño o adolescente sea evaluado por su equipo médico cada seis meses, puesto que los dispositivos protésicos necesitarán arreglos para garantizar un ajuste adecuado del encaje y para asegurarse de que la extremidad sana y la protésica tengan la misma longitud. También es posible que los intereses del joven hayan cambiado. Puede que haya decidido retomar la práctica de algún deporte o actividad, lo que podría afectar a sus necesidades protésicas. Además, se necesitará realizar un mantenimiento rutinario para tratar de evitar fallas catastróficas de la prótesis.

Adaptarse al mundo

En resumen, siéntase bien sabiendo que los logros de su hijo dependen de su habilidad para adaptarse. Afortunadamente, en general, los más jóvenes se adaptan muy fácilmente, y por consiguiente, con o sin dispositivo protésico, suelen conseguir cosas que no esperaban o creían que fuesen posibles. Tome decisiones de forma metódica y lógica teniendo en cuenta la capacidad de desarrollo del joven. Ayude al niño o adolescente a alcanzar su potencial tal y como lo haría con cualquier otra persona.

Jon B. Holmes está licenciado en Fisioterapia por la Texas Woman’s University (1979) y en Protésica por la Northwestern (1984).